domingo, 21 de diciembre de 2008

3.- Lo prometido es deuda

Lo prometido es deuda

El cumplir las promesas hechas es algo muy importante para generar confianza en si hijo y tiene que ver con la verdad.

Cuando usted cumple sus promesas, esta diciendo a su hijo que lo que usted dice, lo hace, y es verdad. El no puede entender cabalmente quizá los esfuerzos, los sacrificios y el costo que significa para usted cumplir con una promesa, pero el simplifica todo en verdad o mentira. En confiar o en no confiar.

Cuando cumple lo que promete, usted comunica a quien le hizo la promesa que valora su relación, que valora su persona.

No es lo mismo que alguien de la familia le haga una promesa a sus hijos y no la cumpla.

Las personas mas respetadas y mas importantes para ellos es ustedes, por eso sus actos tienen mas transferencia en sus hijos que los de otras personas.

El fundamento mas firme para la autoestima es el amor, pero el amor que se practica, las promesas cumplidas son un acto de amor y respeto por sus hijos.

Las promesas cumplidas le ayudan a sus hijos a vivir en un terreno seguro, pues sabe quien merece su confianza y esto aumenta la confianza en si mismo.

Es mejor no prometer, que prometer y no cumplir. Es preferible prometer menos y cumplir, a prometer más y fallar.

Pablo Daniel se encuentra parado junto a la puerta de la calle con su balón de futbol bajo el brazo. Después de veinte minutos se cansa y se sienta en el mismo lugar. Su mama le dice que se suba a jugar mientras tanto. El no se quiere mover de ahí porque su papa le prometió que llegaría temprano y jugaría futbol.

Por fin cansado de esperar, Pablito se sienta en el sillón con el balón en sus pies y se queda dormido. Su papa llega. Y al verlo su esposa le recuerda que lo estuvo esperando.


-Es cierto, Fernanda. Le prometí que llegaría temprano y que jugaríamos, pero me salieron algunos asuntos argentes en la oficina y se me paso llamarle, pero mañana creo que si podré jugar con el.-

Lo toma en los brazos y lo sube a la recamara, mientras se quebranta otra promesa que Daniel hizo a su pequeño hijo de cinco años, quien a pesar de eso, seguirá creyendo en el y mañana lo volverá a esperar.



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